
Dengue: por qué los mosquitos pican más a algunas personas que a otras y las medidas para prevenir su circulación
Estás en un lugar lleno de gente y parecés ser el único al que le pican los mosquitos. Esta ...
Estás en un lugar lleno de gente y parecés ser el único al que le pican los mosquitos. Esta situación desespera y plantea interrogantes: “¿Será algo en mi sangre?”, “¿Acaso es demasiado dulce?”. Sin embargo, estas suposiciones están lejos de la verdadera razón detrás de este molesto episodio, el cual esconde explicaciones más complejas.
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Nora Burroni, Doctora en Biología e Investigadora del Conicet y de la Universidad de Buenos Aires, explica que los mosquitos son fitófagos, es decir, “que se alimentan de vegetales”. No obstante, “las hembras necesitan una fuente externa de proteínas para que sus huevos se desarrollen, un proceso que se conoce como ovogénesis. Y como no la consiguen en las plantas, la buscan en la sangre de los vertebrados”, añade la especialista.
Un mosquito hembra puede poner huevos hasta tres veces en su vida. Por esta razón, desde hace décadas, este insecto encendió las alarmas del mundo entero debido a que son portadores y transmisores de múltiples enfermedades que en ocasiones pueden ser mortales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), estima que las enfermedades de transmisión vectorial (transmitidas por organismos vivos) representan más del 17% de todas las patologías infecciosas y provocan alrededor de 700.000 muertes por año a nivel internacional. Según detalla, el dengue es la enfermedad más frecuente: 129 países conviven con el vector que lo transmite.
Desde la institución destacan que el acceso a servicios de agua y saneamiento es un factor muy importante en el control y eliminación de este tipo de enfermedades. Sin embargo, más allá de los recaudos que se puedan tomar, no todas las personas están predispuestas de la misma manera. Para entender cómo es posible que los mosquitos ataquen incansablemente cada verano a algunas personas y otras parezcan estar bendecidas con el don de la invisibilidad hay una razón científica.
1) Dióxido de carbonoSi bien no hay certeza absoluta y cuesta entender el origen de este fenómeno, dicho gas fue catalogado como un posible atractivo para los mosquitos. El médico especialista en medicina interna del Hospital de Clínicas José de San Martín, Ramiro Heredia (M.N. 117882), cuenta que los seres vivos “producimos dióxido de carbono, producto de nuestra respiración y del metabolismo. Y su producción se incrementa durante el ejercicio”.
Burroni revela que a través del dióxido de carbono, los mosquitos identifican a los vertebrados. Y lo hacen mediante los sensores que tienen en las antenas: “En la exhalación liberamos dióxido de carbono, pero su nivel de emisión oscila entre personas”, dice la bióloga. Por esta razón, “se estima que aquellos que emiten mayores cantidades, estarán más propensos a ser picados”, agrega la especialista.
2) Olor corporalUna investigación realizada por la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, una entidad que se dedica a la investigación médica, reveló que la sudoración suele ser otro factor que atrae a los mosquitos. Según manifestaron en un informe, las personas que más los seducen son aquellas que emanan olores más fuertes: cuanto más intensa sea esta fragancia, más posibilidades hay de convertirse en víctimas.
En esta línea, Burroni explica que la transpiración está compuesta por varios componentes químicos y destaca que el principal es el ácido láctico, una sustancia que transporta el oxígeno desde los pulmones al resto del cuerpo y que dada la intensidad de su aroma, atrae a estos insectos.
“Aunque la transpiración se seque o nos la quitemos cuando nos bañamos, tenemos un sudor permanente que se ocupa de mantener lubricada la piel”, comenta Burroni. Y aclara que no todos los sudores son iguales: “Cada persona elabora una fórmula única. Entonces ante una combinación de ácidos más fuerte, aumenta la posibilidad de atraerlos”.
3) Calor, humedad y oscuridadExisten otras tres características que marcarán el rumbo del mosquito. La primera tiene que ver con la temperatura corporal, “que suele oscilar entre los 36 y 37 grados”, comenta Burroni y añade que el calor corporal es un signo de vida y le da el indicio al insecto “de que allí hay sangre humana”, relata Burroni.
Por otra parte, señala que para reproducirse y que sus larvas puedan desarrollarse y crecer, necesitan estar en un espacio acuático, con calor y humedad. “Una vez que nacen, la primera semana de vida se da en ambientes líquidos, después pasan al espacio terrestre”, cuenta Burroni. Además, no pican en cualquier momento del día. Suele ser durante el crepúsculo y la noche, cuando hay poca luz ya que, “la penumbra también les atrae”, agrega la especialista.
En cuanto a las zonas del cuerpo donde más pican se destacan los pies y tobillos debido a que son áreas donde les resulta fácil encontrar los poros para perforar el capilar y absorber la sangre. No pasa lo mismo con la parte superior del cuerpo, como en el caso de los brazos donde si bien suelen picar, no lo hacen con tanta frecuencia.
“Una vez que pican y llenan su panza con sangre, buscan lugares sombríos y húmedos para reposar, por ejemplo, espejos, paredes, placards”, revela Burroni.
Frente a este escenario y consultada acerca de si una persona propensa a ser picada por los mosquitos, es capaz de dejar de serlo, Burroni confiesa que no: “Esta situación no se puede revertir, pero en momentos de la vida donde hay disrupciones hormonales por ejemplo durante la menopausia, se pueden generar cambios en el sudor porque cambia la fisionomía del organismo”, revela la investigadora.
El brote del dengueSe trata de una infección producida por el mosquito Aedes aegypti que incluye al dengue, el chikungunya, el zika y la fiebre amarilla. Según los expertos, el auge de su circulación se adjudica al cambio climático, marcado por las altas temperaturas, lluvia y humedad, condiciones necesarias para la propagación del mosquito.
El contagio se da cuando el insecto -vector principal- pica a una persona enferma y luego a una sana. Por lo tanto, la transmisión siempre será entre el mosquito y el individuo y nunca a través de humanos.
En caso de ser infectado, Daniel Stecher, médico infectólogo del Hospital de Clínicas José de San Martín (UBA), comenta que automáticamente surgen los síntomas, es decir que tienen una característica súbita: “Lo primero que aparece es un cuadro de fiebre elevado y persistente que puede ser acompañado de dolor muscular y abdominal, fatiga, escalofríos, cansancio y erupciones cutáneas”. En casos más graves, el especialista comenta que el dengue puede ocasionar hemorragias y sangrado de nariz y encías. Por su parte, Francisco Dadic, médico especialista en medicina interna y director de Toxicología Hoy, suma que también genera molestias articulares y en ocasiones nauseas, vómitos y diarrea.
Este malestar suele extenderse entre siete y 15 días y para tratarlo, Stecher precisa que no existe un tratamiento específico; hay que acudir a medidas de control clínico y sintomáticos, tales como bajar la temperatura, controlar la presión y las plaquetas. En este proceso, aclara que está prohibido el uso de aspirina porque reduce la coagulación sanguínea y aconseja tomar paracetamol. No obstante, “ante casos sospechosos y la presencia de síntomas, lo sugerido es acudir a un centro de salud para ser atendido y controlado. El diagnóstico se hace mediante un análisis de sangre, aunque en los lugares donde el dengue es permanente, cualquier situación que se le parezca, lo dan por confirmado”, explica el infectólogo.
A su vez, “al paciente se lo suele aislar para evitar la posible propagación del virus en caso de que en el ambiente hubieran más mosquitos que lo pudieran picar y después llevarle la enfermedad a otra persona”, añade Dadic y hace especial hincapié en que cuando se padece dengue, una buena hidratación a base de agua es clave para regular el estado febril.
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No obstante, para prevenir esta infección, la principal medida a tomar es evitar la reproducción del mosquito. Por estas razones, desde el Ministerio de Salud de la Nación recomiendan evitar la acumulación de agua ya que el insecto se reproduce donde hay reservorios de agua dulce como en el caso de baldes, botellas, zanjas, cunetas, restos de llantas; mantener los ambientes de las casas frescos y ventilados y, siempre que se pueda, utilizar mosquiteros. En caso de estar al aire libre, la clave es usar repelente y cubrir el cuerpo con ropa clara.
Por último, Heredia revela un dato curioso para todos aquellos que suelen atraer en mayor medida a los mosquitos. Según dice, investigadores han encontrado -aunque aun faltan más pruebas exactas- que la ingesta periódica de ajo, cebolla y vinagre de manzana, podrían neutralizar parte del olor corporal que atrae a estos insectos y por ende, ahuyentarlos.
@buenosairesTres cosas que podés hacer en casa para prevenir el dengue 🦟 #dengue
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